Objeto en la Epistemología
El Objeto, el otro elemento que compone la relación, se
puede entender como “lo que yace ante esa intimidad del hombre o está puesto
ante ella de modo que pueda ser conocido”. Asimismo el objeto goza de dos
sentidos, amplio y estricto. En sentido amplio, el objeto de conocimiento en su
conjunto es el “mundo exterior”, dotado de una existencia independiente del pensamiento
del hombre. En sentido estricto, el Objeto, “no es la cosa o fenómeno parte del
mundo exterior conocido, sino lo que hay de inteligible en esa cosa capaz de
ser percibido y captado en el acto de conocimiento”
El objeto, “no es la cosa o fenómeno parte del mundo
exterior conocido, sino lo que hay de inteligible en esa cosa capaz de ser
percibido y captado en el acto de conocimiento” (la expansión de la esfera de
consciencia)
Objeto
Del latín "obiectum" (lo que es puesto delante, lo
contrapuesto). En la actualidad se entiende por objeto, en general, el término
de cualquier relación o actividad, aquello hacia lo que se dirige o denota.
El término "objeto", que no fue usado por los
filósofos clásicos, lo introdujeron los escolásticos para referirse al
contenido de un acto intelectual o perceptivo, por lo que "ser
objetivo" venía a significar un contenido del alma, y no una cosa externa
a ella, realmente existente.
Los filósofos modernos, como Descartes y Hobbes, por
ejemplo, invirtieron el significado del término (que perdura en la actualidad)
al aplicarlo no a la representación, al contenido del acto intelectual, sino a
la cosa o ente representado, que se considera exterior al alma.
Kant utiliza el término preferentemente en este sentido, al
hablar del objeto como el resultado de "pensar" lo dado en la
intuición sensible, externa al sujeto. Posteriormente Brentano y Husserl
replantearán esa concepción del objeto, reintroduciendo algunas de las
aplicaciones y matices que los escolásticos habían dado al término.
El proceso de conocimiento puede concebirse como una relación, de singular
complejidad, entre estos dos elementos,
sujeto y objeto. Para comenzar diremos que entendemos por sujeto a la persona (o equipo de personas)
que adquiere o elabora el conocimiento. El conocimiento es siempre conocimiento
para alguien, pensado por alguien, en la conciencia de alguien.
Es por eso que no podemos imaginar un conocimiento sin
sujeto, sin que sea percibido por una determinada conciencia. Pero, de la misma
manera, podemos decir que el conocimiento es siempre conocimiento de algo, de alguna cosa, ya se trate de un ente abstracto-ideal, como un número o una proposición
lógica, de un fenómeno material o aún de la misma conciencia. En todos los
casos, a aquello que es conocido se lo denomina
objeto de conocimiento.



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